El Ceibo- flor nacional

El Ceibo, Erythrina Crista Galli, pertenece a la familia de las leguminosas, es una de las familias más evolucionadas y de las más numerosas (8.000 especies en todos los climas).
En la Argentina tenemos además del Ceibo común, Erythrina Crista Galli, dos especies más; Erythrina Falcata, de las provincias de Salta y Jujuy, de gran tamaño; ejemplares de esta especie están en la plaza Lavalle de Buenos Aires; y el Erythrina Dominguezzi, que se encuentra en Formosa y Chaco.
El Ceibo tiene una extensa zona de difusión en nuestro país, se encuentra en estado espontáneo desde Buenos Aires hasta los extremos límites del norte, en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Tucumán, Salta, Jujuy, Misiones, Chaco y Formosa.




                   LEYENDA
Refiere la leyenda que la Flor de Ceibo es el alma de la india Anahí, la reina más fea de una tribu de guerreros indómitos, cuya choza se levantaba cerca de las márgenes salvajes del Paraná.
Pero si Anahí era fea, su voz era la más dulce de cuantas había escuchado alguno de sus súbditos.
Hosca y rebelde,había albergado en su espíritu toda la bravura de una raza muerta por la furia invasora.
Hecha prisionera, y habiendo dado muerte a su centinela, fue condenada una noche a morir entre las llamas.
Colocado su cuerpo sobre la gruesa rama de un árbol bajo y de anchas hojas, quedó a poco envuelta en los resplandores de la hoguera.
Quienes asistieron al suplicio vieron que el cuerpo de Anahí se iba tornando rojo y adquiriendo una forma extraña.
El árbol también sufría un proceso singular; algo así como una vuelta a la fragilidad.
Las primeras luces del alba iluminaron la Flor del Ceibo, que encarna así el alma pura y altiva de una raza que ya no existe. Su soledad significa el recuerdo de los que supieron morir y no ha nacido para lucir en ningún pecho humano. Es la flor triste y solitaria de la veneración y en su forma viva palpita una oculta ternura, su perfume, no hecho para deleitar, es de severa castidad, de heroísmo y consecuencia.
El alma de Anahí, la reina fea de la dulce voz se anida en la Flor del Ceibo.
Ningún fuego podrá destruir a Anahí, que es el Alma Argentina.





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